Redacción
Construir obras al vapor fue uno de los “pasatiempos” favoritos del expresidente Andrés Manuel López Obrador, en las cuales se invirtió tiempo, dinero y esfuerzo tirados a la basura, ante la falta de conocimiento real para realizar los trabajos.
Tras el paso de la tormenta tropical “Nadine”, la Universidad para el Bienestar Benito Juárez, de San Ildefonso Villa Alta se esta cayendo a pedazos, ante la falta de planeación y estudios de suelo para la edificación del edificio, construido en un lugar poco apropiado.
Un deslizamiento de ladera causó graves daños en varias áreas clave de la institución: los sanitarios, la biblioteca, la sala audiovisual y un aula, mismas que tendrán que ser rehabilitadas o destruidas, dejando en la basura 7 millones de pesos, cantidad que costó su construcción.
Y es que, sin tener las bases suficientes, el gobierno de López Obrador en contubernio con la administración de Alejandro Murat, construyeron la Universidad, tras la donación del terreno, sin tomar el cuenta el peligro donde sería ubicada y la poca viabilidad para el acceso de estudiantes.
De acuerdo con el proyecto de inversión pública, la Universidad Bienestar contaba con cuatro aulas, auditorio, módulo de sanitarios, dirección administrativa, accesos y la unidad académica tenía capacidad para atender alrededor de 300 estudiantes, sin embargo, las carreras no fueron atractivas para el estudiantado: medicina integral y salud comunitaria, por lo que acudían el mínimo de alumnos de comunidades aledañas.