Redacción
Buscar los reflectores de cualquier manera para hacerse notar, muy lejos de su trabajo legislativo, le ha salido contraproducente a la diputada morenista Liz Arroyo Rodríguez, quien este fin de semana fue exhibida por no pagar a decenas de mujeres que asistieron a una marcha convocada contra la violencia de género.
Con aspiraciones para la presidencia municipal de Oaxaca de Juárez, la vapuleada legisladora se ha visto inmiscuida en diversos escándalos, producto de la pugna interna de su partido. Sin embargo, ya venía arrastrando antecedentes, por su presunta relación con grupos delictivos de la región Mixteca.
Oportunista, este fin de semana encabezó una marcha desde la Fuente de las Ocho Regiones hacia el Zócalo capitalino, aprovechándose de las organizaciones que desde años anteriores han luchado contra la violencia, sin embargo, no contaba con que un grupo la encarara para exigirle el pago prometido por asistir.
Horas más tarde, señaló que las mujeres habían sido “enviadas” por alguien y que era parte de la “guerra sucia” en su contra, hizo alusión a su contrincante directo Luis Alfonso Silva Romo, a quien ha mencionado en diversos eventos por ser el autor de la violencia política en su contra.
Por su parte, la colectiva Chicatana a través de un comunicado expresó su inconformidad por la falta de ética de la diputada, “no le debemos sororidad a una mujer violenta y oportunista, creer que porque somos mujeres le debemos o nos debemos a cualquier causa sin ser críticas s el error más grande que las élites políticas tienen”.
Señalaron que la marcha organizada por Liz Arroyo, fue un acto de simulación, negligente ante las mujeres muertas por feminicidio, sus familias y que evidencia su ignorancia sobre las causas profundas, tan es así que continúa implementando prácticas políticas patriarcales de acarreo prometiendo pagos a mujeres de diversas colonias, “no nos representas”, subrayaron.