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    El INPI, cueva de acosadores y nepotismo; Adelfo Regino hace mutis ante denuncias

    Redacción

    Una vez más el Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas (INPI), encabezado por el oaxaqueño Adelfo Regino Montes, es señalado por mantener en sus filas a sujetos violentadores, acosadores y corruptos, que solo se dedican a llenarse los bolsillos de ganancias, antes de que se acabe el sexenio.

    Este martes, integrantes del Consorcio para el Diálogo Parlamentario y la Equidad Oaxaca, A.C., en conferencia de prensa dieron a conocer el acompañamiento para Adriana Hernández Vásquez, quien denunció acoso sexual, violencia de género y violencia laboral en contra de Francisco Regino Montes, hermano del titular del INPI, quien manda y cobra en la dependencia sin tener cargo alguno.

    De acuerdo a la denuncia realizada en conferencia de prensa, Hernández Vásquez, originaria de Ocotlán de Morelos, desde el 2018 trabajaba en el INPI a petición de Francisco Regino, quien le encomienda diversas labores dentro del INPI, dependencia donde ordena y coordina, pero donde no hay registro de su existencia, en un claro ejemplo de nepotismo.

    “Luego de realizar diversos trabajos en el instituto de manera informal, en el 2020 me incorporo al Centro Coordinador de Tlacolula, a cargo de Primo Aquino, ya de manera formal al INPI y es enero del 2021 cuando empiezo a ser acosada por Francisco Regino Montes”.

    Adriana Hernández sostuvo que recibió mensajes obscenos vía WhatsApp, mismos que posteriormente le pidieron borrar.  “En febrero de 2021, Francisco Regino me cita en las oficinas del INPI en la ciudad de Oaxaca y me solicita elaborar un proyecto para beneficiar a una persona de su familia, que es originaria de la Sierra Mixe pero que no puede solicitar el proyecto en Ayutla, porque allá ya tiene un proyecto de café”.

    Relató que, a principios de marzo del 2021, Primo Aquino, director de Tlacolula presenta una serie de problemas e inconformidades por parte de autoridades y pobladores de localidades, por lo que Francisco Regino le ofrece esa plaza a cambio de favores sexuales, incluso buscó acercarla con sexoservidores para que él fungiera como espectador, ya que de eso “dependía su trabajo”.

    “Es en agosto del año 2021 cuando me pide que acuda a un lugar que él dice es el departamento de su hermano Adelfo Regino Montes, ubicado en la Agencia de Donají en la Ciudad de Oaxaca y en donde me dice que aclararemos mi situación laboral, al llegar me dice que tiene Covid y le reclamo el exponerme al contagio.

    “Él está solo en el lugar y me dice que por el Covid no se me puede acercar pero que quiere que haga algo por él, me ofrece un consolador de plástico, lubricantes o algo así y me pide que los use mientras él observa, le dije que no y que necesitaba ayuda profesional, además de que no se preocupara por mi trabajo que mientras yo aguantara seguiría en mi posición en Tlacolula”.

    A partir de ahí el acoso laboral contra ella fue intenso. Ya que el nuevo director de la Coordinación Tlacolula, Nelson Vásquez, le prohíbe participar en actividades públicas, “se le exige a mis compañeros de trabajo no compartir información de proyectos conmigo y se me reubica en una oficina, donde mis actividades se limitan a sacar copias y escanear documentos”.

    Mencionó que buscó en muchas ocasiones llegar hasta el “inalcanzable” Adelfo Regino, sin éxito, incluso se acercó a diversos funcionarios como Jerónimo López Marín, titular de la Oficina de Representación del INPI en Oaxaca, o la diputada Irma Juan Carlos, quien, a pesar de ser mujer, no hicieron absolutamente nada.

    “El 1 de mayo del 2023, con el apoyo de un amigo que colabora en el INPI conseguí una reunión con Hugo Aguilar, coordinador General de Derechos Indígenas del INPI, al igual que Jerónimo López Marín me reiteró que poco o nada se podía hacer puesto que Francisco Regino no es parte del Instituto, que no duda que haya funcionarios del INPI que le hagan favores por tratarse del hermano del director, pero que no hay sanción aplicable para nadie”.

    Finalmente, la denunciante exigió al gobierno federal para que tome cartas en relación a la violencia contra las mujeres indígenas que se ejerce desde el interior de sus instituciones y que no es el primer caso tratándose del INPI, casos que Adelfo Regino, demostrando su misoginia, deja en el olvido, ejerciendo un silencio cómplice.

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