Francisco Alejandro Leyva Aguilar
El lunes vi una exigua declaración del insufrible Secretario de Gobierno de Oaxaca, Jesús Romero que a esta guisa decía: “la transformación de #Oaxaca, avanza con una visión clara y objetivos definidos, para consolidar la gobernabilidad y el desarrollo de nuestro estado.
Este lunes, junto a mis compañeros del gabinete legal, nos reunimos con el gobernador Salomón Jara Cruz, para revisar avances y fortalecer acciones para concluir el 2024 con buenos resultados en favor de las familias oaxaqueñas”. Luego una foto de la inservible reunión del gabinete.
Me llama mucho la atención las palabras del pingüe secretario, porque Oaxaca en esta administración, ni avanza, ni se desarrolla y, por tanto, las familias oaxaqueñas, están padeciendo las malas decisiones y la ineficiencia de un gobierno que trata de ocultar su incompetencia, llenando las redes sociales con palabrería vaga y barata.
Este, es un gobierno demagogo y, si el “gobernador”, así en minúsculas y entre comillas Salomón Jara y todo su gabinete no sabe qué significa esta palabrita acuñada por Aristóteles en la Grecia antigua, aquí les dejo dos acepciones a ver si se dan cuenta de la horrenda pifia que hacen cuado tratan de justificar con palabras, su falta de acción.
1.- Práctica política consistente en ganarse con halagos, el favor popular, es decir POPULISMO.
2.- Degeneración de la democracia consistente en que los políticos, mediante concesiones y halagos a los sentimientos elementales de los ciudadanos, tratan de conseguir o mantener el poder o lo que es lo mismo ELECTORALISMO.
¿Por qué si Oaxaca avanza con “una visión clara y objetivos definidos”, como reza el post de Jesús Romero, el anodino gobernador no se dignó a dar el mensaje de su segundo informe de gobierno en la sede que tenía prevista y montada en Oaxaca de Juárez?, ¿por qué si la “gobernabilidad del estado, ya casi está consolidada”, tuvo que huir a Juchitán de Zaragoza, tierra infestada del crimen organizado para dar su segundo informe?
Ninguna de las 8 regiones del estado tiene lo que le urge a los oaxaqueños que es seguridad, ayer y en pleno centro de la comunidad de Collantes en la costa de Oaxaca, asesinaron a un masculino que ya fue identificado; este fin de semana que pasó ocurrió otro crimen en Cerro la Esperanza; en el centro de Salina Cruz, asaltaron una tienda Coppel; en Miahuatlán, atacaron a balazos a un taxista; en Tehuantepec, identifican a mujer víctima de feminicidio y en Oaxaca de Juárez hallaron un dispositivo que con toda probabilidad era explosivo sin que las autoridades de la Fiscalía hayan dado más datos.
Oaxaca tiene miedo, porque las corporaciones policiacas no tienen la capacidad técnica, ni mucho menos la preparación táctica para enfrentar a las bandas de criminales que se han apoderado del territorio y, pareciera, con la complicidad de un “gobernador”, que en vez de dar la cara, huye y se refugia justamente donde la delincuencia organizada, tiene su centro de operaciones.
Solo en 2023, Oaxaca tuvo 2 mil 65 asesinatos y en lo que va de 2024, ya han asesinado a más de mil quinientas personas, de acuerdo a datos del Secretariado Ejecutivo de Sistema Nacional de Seguridad Pública, 2023 fue el año más violento del que se tenga registro en Oaxaca y se supone que ya había nacido “la Primavera Oaxaqueña”, con este gobierno que, por acción u omisión, ha manchado de sangre las comunidades y banquetas de la capital y las regiones.
Salomón Jara, no puede presumir absolutamente nada. La Gobernanza que dicho sea de paso es la forma de gobernar, especialmente si es eficaz y adecuada a los fines que se persiguen, es una palabra que a este gobierno le viene hueca.
No existe gobernanza en Oaxaca porque no hay criterios definidos ni hay una visión clara de cómo el estado va a combatir la delincuencia que todos los días cobra la vida de un promedio de 4.5 personas, pero no solo en eso está reprobado este gobierno, también en generación de empleo, en obra pública (las calles de la capital están deshechas, las carreteras inseguras y transitables con muchas precauciones), no hay obras de impacto social que este gobierno pueda presumir.
Con excepción del parque que acaban de inaugurar en un terreno en litigio y que no es otra cosa que circo para el pueblo, no hay absolutamente nada que “informar”, más que el número creciente y exponencial de muertos y de feminicidios.
Las marchas, plantones y bloqueos carreteros, ahogan a la ciudad y a regiones como el istmo de Tehuantepec, porque la gente está cansada de la inacción de un gobierno DEMAGOGO que piensa que, con saliva, va a gobernar Oaxaca cuya conformación territorial y política, es todo un continente.
14 mil comunidades, 570 ayuntamientos, 16 grupos étnicos y más de 200 variantes dialectales, no es para que la gobierne un anodino con una perspectiva banal y objetivos indeterminados.
Pobre Oaxaca.
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