Por Francisco Alejandro Leyva Aguilar
¿Hay diputados y senadores oaxaqueños?, ¿usted conoce al diputado o diputada por su distrito?, ¿conoce a su senador o senadora?, lo digo porque ellos debieron revisar con lupa el presupuesto de egresos de la federación (PEF) y luchar para que a Oaxaca le tocara más dinero utilizable por ejemplo en infraestructura básica de salud o de educación.
Esos diputados, diputadas, senadoras y senadores por los que usted votó todos afines a Morena y al oficialismo, le dieron un cheque en blanco al gobierno federal para que hicieran con el dinero de todos los mexicanos, lo que quisieran y entre esas concesiones que le dieron a la presidente (con E) Claudia Sheinbaum, le permitieron, entre otros recortes, mocharle al presupuesto de salud en Oaxaca MIL MILLONES DE PESOS.
Claro que el sistema de salud a colapsado. Los paros en los hospitales y las clínicas de salud, sobre todo en el istmo por falta de pago de bonos de fin de año, pone en riesgo la salud de las personas que viven en esa región, pero no es privativo del istmo, también en los valles centrales y en hospitales tan importantes como el Aurelio Valdivieso hay escasez de autoclaves para la operación de pacientes en riesgo.
Los hospitales de especialidades, de la mujer y del niño, carecen de insumos de trabajo y desabasto de medicamentos, amén de que el personal calificado que tiene años trabajando con una base, es acosado por los nuevos directivos en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), en el banco de sangre del hospital civil, en el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales para ls Trabajadores del Estado (ISSSTE).
Es tan grave el asunto de salud, que los médicos le piden a las parturientas que salgan a las calles a caminar para motivar el trabajo de parto sin supervisión médica, para que conforme vayan sintiendo los dolores en aumento, sean ingresadas a las clínicas pero, como en el caso de una mamá en Tuxtepec, si la cigüeña se adelanta, los niños nacen en las banquetas.
Muchas mujeres que van a dar a luz, lo hace en los pasillos de las clínicas, paradas o encima de una camilla sin los menores cuidados antisépticos porque no hay materiales de curación ni en los hospitales grandes -donde hacen falta el doble de camas- y mucho menos en las clínicas rurales donde los familiares de los pacientes son los que deben ir a las farmacias particulares a comprar esos insumos.
El caso del hospital del ISSSTE Presidente Juárez en la capital del estado, también es grave, ahí ni siquiera hay jabón y toallas para que los médicos puedan lavarse las manos con el protocolo que exigen las normas y la desidia de los trabajadores es tan grande que hay un niño de apenas 12 años que lleva una semana dentro sin que haya recibido atendió médica, su nombre es Fernando Mejía Cruz y su padecimiento requiere de atención médica especializada.
Si nos ponemos a sumar los casos de crisis en los hospitales y clínicas de Oaxaca debemos preguntarnos ¿por qué las y los diputados, las y los senadores de Morena no consultaron al gobierno del estado para conocer las necesidades presupuestarias y le exigieron a la federación más dinero para salud?, ¿acaso el anodino “gobernador”, así en minúsculas y entre comillas Salomón Jara no conoce las necesidades en esa materia?, ¿qué tanto les importa Oaxaca a esos legisladores que, sin revisar, sin analizar votaron a favor de la aprobación del PEF importándoles un cacahuate la vida de los ciudadanos?
Tal vez salvar vidas para ellos no sea un tema de rentabilidad electoral y por eso prefirieron que esos MIL MILLONES DE PESOS que le mocharon a Oaxaca, los ocupen en becas para los NINIS, en dádivas miserables para los adultos mayores, en pago de “cuervos” de la nación y en otros programas cuyo retorno de inversión es NULO.
Y eso es solo en salud publica, Oaxaca está hecho un caos en gobernabilidad porque las autoridades están mas preocupadas en encender un árbol de navidad -y luego recogerlo porque el viento lo tiró- que en exigirle a los legisladores, más presupuesto para un estado pobre y pauperizado por la cleptomanía de quienes hoy lo administran.
Viene lo peor en el sistema de salud oaxaqueño porque hay al menos OCHO MIL empleados a los que les están exigiendo su renuncia para luego ser re-contratados por el IMSS-Bienestar, un esquema que sustituyó al Instituto de Salud para el Bienestar (INSABI) del peje, que nunca funcionó.
Los trabajadores de salud de Oaxaca tienen la disyuntiva de ser re-contratados por el IMSS-Bienestar y perder su antigüedad, en algunos casos de hasta 20 años o ser despedidos y liquidados perdiendo así su fuente de empleo. Esos trabajadores pronto protagonizarán protestas que irán en aumento porque la indolencia de Salomón Jara y su equipo, es evidentemente escandalosa.
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