En un acto desesperado por mantenerse en el cargo, el oficial Mayor del IEEPO, Abel Jesús Leyva Gandarillas, se atrevió a dar una declaración sobre el incidente, donde se vió involucrado atropellando a dos policías motorizados de San Antonio de la Cal, sin embargo, en lugar de salir bien librado, empeoró su situación laboral y jurídica, pues hasta el Gobernador que solapa corrupción, nepotismo y abusos en su administración, lo tuvo que suspender.
Dentro de las inconsistencias declaradas por el exfuncionario se encuentran:
1.- Afirma que circulaba del lado derecho de la carretera, pero el golpe de su unidad de motor se ubica justamente en el frente y del lado derecho.
2.- Asegura que los motociclistas se impactaron contra su unidad, lo cual resulta imposible al impactarse del lado derecho de la unidad y al frente, en un golpe que no se ve que haya sido de costado, sino que fue colisión por arrollamiento de los motociclistas.
3.- De haber sido impactadas las personas que viajaban en la motociclieta, para incorporarse a la carretera, hubieran sido lanzadas al exterior del camino, no a media vialidad, como se observa en el video, y el golpe de la unidad no fuera en un costado, sino en la parte frontal de la unidad.
4.-En lugar de llamar a cuerpos de emergencia para atender a los lesionados, llama a la Policía Vial estatal, para que lo liberen del problema, dice que bajó grabando para deslindar responsabilidades, sin embargo, no ha mostrado ningún video o evidencia de ello.
5.- Asegura haber sido detenido y esposado, en el video uno de los policías lesionados, pide que impidan la huida del funcionario.
6.- En menos de una hora fue liberado, (según él) pues continuó con sus reuniones en el IEEPO, sin embargo, empleados de la dependencia aseguran no se presentó el resto de la tarde, lo que si ordenó fue pagar a medios para que desmintieran el accidente y una vez que se dió a conocer el video donde aparece involucrado, afirma que él no venía manejando, que el era copiloto, después en la entrevista dice que si conducía la unidad.
7.- Asegura que firmó un convenio con los familiares de los afectados y le otorgaron el perdón, ¿perdón por qué? si se supone que el fue el impactado y afectado, los familiares afirman que no hay tal perdón y la destitución del director de vialidad de San Antonio de la Cal, confirma que hubo tráfico de influencias en el caso.
8.- Afirma que pagó los daños ocasionados, en el mismo día, es imposible calcular el valor de los daños, la moto, las curaciones, los medicamentos y los gastos de hospitalización de uno de los afectados.
9.- El accidente, no se lo atribuye a su torpeza como conductor, sino a temas políticos, por la elección que se avecina, donde según él es un benefactor de la comunidad.
Por su parte el presidente municipal de San Antonio de la Cal, hace varias precisiones:
1.- Asevera un familiar de los afectados que el Oficial Mayor rebasó sin precaución y los atropella, lo cual coincide con el golpe lateral de la camioneta.
2.- Que efectivamente quiso darse a la fuga del lugar.
3.- Alguien lo dejó ir tras haber sido detenido, sin ponerlo a disposición de la autoridad correspondiente, hasta deslindar responsabilidades.
Toda esta cadena de corrupción y tráfico de influencias, no pudo ser contenida con comunicados desde el IEEPO, dejando en ridículo a la dependencia y al Salomón Jara, que no tuvo otra opción que separarlo del cargo de manera temporal, como todo lo que hace, pues recordemos el caso Donato Vargas, quien ya regresó a su cargo y a Gabriel Bolan, otro funcionario ebrio que volcó su auto en Av Universidad cuando era director del Consejo Oaxaqueño de Ciencia, Tecnología e Innovación, quien posteriormente apareció como director en otra dependencia.
Ojalá este no sea otro caso de la impunidad que caracteriza a la “primavera oaxaqueña” donde igual se le ordena al fiscal meter a la cárcel, cancelar ordenes de liberación o absolver a delincuentes afines a su movimiento político.