La noche del 7 de septiembre de 2017 una onda sísmica y ondulante salió de las entrañas del golfo de #Tehuantepec, en la costa del Pacífico, y cruzó el centro y sur del país. Una sacudida de 49 segundos bastó para derribar casas y construcciones a su paso, dejando como saldo 102 personas fallecidas y múltiples daños materiales, especialmente en el estado de Oaxaca.
Luego vino la reconstrucción y una de las áreas a atender fue la educativa: en Oaxaca se contabilizaron 402 escuelas afectadas, 60 con daños graves.
En 2018 iniciaron los trabajos, primera mitad del gobierno estatal de Alejandro Murat Hinojosa, finales del gobierno de Enrique Peña Nieto. Entre enero y mayo de ese año, el Instituto Oaxaqueño Constructor de Infraestructura Física Educativa (Iocifed, ahora Iocied) asignó por adjudicación directa cientos de contratos para la reconstrucción.
Entre las empresas seleccionadas estaban cinco compañías mexicanas en las que aparecen como accionistas o representantes el colombiano Óscar Gerardo Salcedo González o su esposa: Tulua Construcciones SA de CV, Aracataca Constructores SA de CV, Maver Ingeniería Especialistas SA de CV, R & M- Ingeniería Eléctrica SA de CV, y Salcedo Construcción y Supervisión SA de CV.
En respuesta a varias solicitudes de información, el Iocifed reconoce haber adjudicado 77 contratos valuados en 58.4 millones de pesos a las empresas vinculadas con Salcedo.
Pero las empresas del colombiano no realizaron obras. Instalaron unas oficinas en Ciudad Ixtepec, al sur del Istmo de Tehuantepec, y subcontrataron a empresas locales para llevar a cabo los trabajos que no se concluyeron, de acuerdo con denuncias de constructores locales quienes aseguraron que les dejaron de pagar las obras y luego desaparecieron del lugar.
Carlos Vázquez Rasgado, uno de los constructores a los que les incumplieron los pagos, afirma que había órdenes de favorecer al sudamericano, que venían de “arriba”, pero no identificaron de quién.
“Cuando fuimos a ver al entonces director del Iocifed, Orlando Hernández Montes, nos dijo: miren, de arriba me dieron la indicación de que todas esas obras se les asignaron al Grupo Salcedo. La única manera en que ustedes participen es a través de ellos”, recuerda el hombre de abundante cabellera entrecana.
Mientras Salcedo era beneficiado con contratos pagados con recursos del Fondo de Desastres Naturales (Fonden) pero asignados por el gobierno oaxaqueño, en Colombia lo investigaba la Fiscalía de ese país por estar presuntamente vinculado con el crimen organizado en México, principalmente con el Cártel de Sinaloa.
Se buscó una entrevista con el exgobernador priista de Oaxaca, Alejandro Murat, ahora senador por Morena, pero no se concretó. También se intentó una entrevista con Hernández Montes pero no se pudo ubicar.
De diversas formas se trató de localizar a Salcedo González en los números telefónicos que aparecen en la página web de su empresa, pero ninguno enlazó la llamada. También en el correo institucional, sin embargo, rebotó los envíos. No hubo respuesta al mensaje que se le dejó en su perfil de Facebook. Se visitó el edificio Centro de Negocios Toluca, en donde alguna vez tuvo oficinas, pero ya no están ahí: hace años que dejó el lugar, dijeron empleados del sitio al ser consultados. Se le marcó a un teléfono celular que utilizaba en Colombia, y a este mismo se le envió un mensaje de texto, pero no hubo respuesta.
El diario colombiano El Tiempo platicó con Salcedo a principios del año pasado, luego de que se conociera en medios informativos que es propietario de un rancho en el estado de Tlaxcala. Aseguró que no tiene relación con “organizaciones al margen de la ley”, que cumplió a cabalidad con los contratos en México, “y que si hay obras inconclusas, ‘son volúmenes adicionales, responsabilidad del (gobierno del) Estado’”.
En Colombia, se lee en el diario, “Salcedo tiene un terreno de 18 hectáreas en Guacarí, con establos, pisos de mosaico y cultivos de caña y maíz. Además, figura en dos compañías –Kuadra Constructores y Salgut & Cía.– y en fotos con varios políticos”.
“No era nadie en el pueblo”
Óscar Gerardo Salcedo González, originario de Guacarí, Valle de Cauca, Colombia, dejó su país en 2010 y llegó a México sin bienes, sin siquiera una motocicleta con qué movilizarse, de acuerdo con la investigación que inició desde el 2018 la Fiscalía General de la Nación de Colombia (FGN) bajo la presunción de lavado de activos.
La investigación de la Fiscalía pudo ser consultada gracias a la filtración de más de 13 millones de documentos realizado por el grupo de “hacktivistas” autodenominado Guacamaya (el mismo que filtró los documentos de la Secretaría de la Defensa Nacional en México), y que sistematizó el Organized Crime and Corruption Reporting Project (OCCRP), en el proyecto #NarcoFiles.
Ingeniero de profesión, Salcedo González llegó a instalarse en Toluca, Estado de México, siguiendo a su hermana, quien dos años antes había arribado a tierras nacionales.
Salcedo entró al negocio de la construcción especializado en infraestructura educativa, al formalizar ante notario la constitución de su primera empresa, Salcedo Construcción y Supervisión, en octubre de 2011.
Pero lo que disparó las sospechas en Guacarí fue el primer regreso de Salcedo González, cuando volvió a organizar su boda con una mujer colombiana. Y lo hizo a lo grande, cuentan en la región Valle del Cauca.
“En 2010 esta persona no era nadie en el pueblo…, por el contrario, era una persona que le hacía los mandados a Juan Carlos Abadía, exgobernador del Valle del Cauca, y así se ganaba unos pesos”, quedó asentado en un informe policial de la unidad de investigación de lavado de dinero de la Fiscalía de Colombia.
“De esa ceremonia –se lee en el informe– se conoció que se realizó con bombos y platillos, ya que hubo orquestas de alta categoría, la decoración y la comida fue estilo mexicano, con gente de México entre los invitados”.
La información recopilada por la policía colombiana sostiene que los retornos posteriores a su región, Salcedo González los ha hecho moviéndose en vehículos de alta gama, acompañado de un puñado de guardaespaldas mexicanos y colombianos, usando aeronaves privadas, presumiblemente suyas. Se anota que ha comprado fincas y propiedades, lo mismo en su municipio que “en diferentes partes del Valle del Cauca”. También ha formalizado la constitución de empresas espejo en los dos países.
Por ejemplo, en México constituyó las empresas Salcedo Construcción y Supervisión SA de CV y Salgut SA de CV, y en el país sudamericano tiene a Salcedo Construcción y Supervisión SA de CV Colombia y Salgut & CIA SAS, según los documentos de la FGN.
Con información de El Universal