*La visita al Vaticano
No cabe duda que hay realidades que aplican a los dichos “más rápido cae un hablador que un cojo” o “el que nunca ha tenido y llega a tener, loco se quiere volver”. Y esta realidad alcanzó al indio que nomás vio la oportunidad de saltar el charco y lo hizo de manera rimbombante, presumiendo su “austeridad republicana”.
Juró y perjuró que nunca haría viajes inútiles, se ha cansado de repetir que no es igual a los gobernantes anteriores, que no se gasta el dinero del pueblo en temas personales, que no beneficia a su familia llevándoselos de viaje, PERO le bastó apenas un año para salir de su pueblo y llegar a Europa, para visitar nada más y nada menos que al Papa Francisco.
Repitiendo decenas de veces la perorata del necio de Macuspana, que hasta su ultimo día exigió a los españoles una disculpa por la conquista y la evangelización de los indígenas, a llegar a Portugal se le olvidó todo y se postró ante lo pies del máximo representante de la iglesia católica, olvidándose que gobierna un estado presuntamente laico.
Según para ver temas para la eficiencia portuaria de Salina Cruz, que nada tiene que ver con Oaxaca, pues a México llega mercancía de Europa directamente al puerto de Veracruz y nada a Oaxaca, el oriundo de Betaza apareció en El Vaticano y consiguió ingresar al hotel del Vaticano, donde vive el Papa Francisco.
Ahí en la llamada Domus Sanctae Marthae, o también conocida como casa Santa Marta, llegó con su morral lleno de imágenes que acomodó en una mesa de centro para que las bendijera el Pontífice y traerlas a Oaxaca, como un regalo especial para sus amigos y familiares. Se justificó después señalando que había llegado “humildemente” con su ropa de manta.
Bien dicen que, en la izquierda, son comunistas hasta que se vuelven ricos, feministas hasta que se casan y ateos hasta que ven que el avión se cae, como en el caso de Oaxaca, donde el Gobernador nomás no levanta y hasta ya está buscando la forma de desaparecer el referéndum que propuso para la revocación de mandato. En una de esas el pueblo bueno lo manda con su mecías a su rancho.
Como dijo el juez Brian Cogan de Genaro García Luna, “me parece increíble que después de pactar con el narco y la delincuencia, usted acuda a la iglesia y se diga buen cristiano”, lo mismo ocurre con Salomón Jara Cruz, quien después de ser señalado por actos de corrupción, pacto con la delincuencia organizada, nepotismo, influyentismo, entre muchas otras cosas, va al Vaticano a recibir la bendición del Papa.
Y es que llenar las dependencias con delincuentes ampliamente conocidos en Oaxaca, tener funcionarios señalados de acoso sexual, deudores alimentarios, misóginos, machistas, tener a los hijos y a hermanos cobrando moches, lavando dinero o pidiendo facturas para comprobar gastos con empresas fantasma, no es para nada, de un buen cristiano. Ni rezando mil padres nuestros.
En un comunicado emitido por su torpe personal de comunicación social, afirmó que el Papa “comparte los ideales humanistas de nuestro proyecto de transformación y la búsqueda de nuestros pueblos ancestrales de construir un mundo más justo, en el que se respete la dignidad humana”, cuando no tiene, ni ha demostrado un proyecto de transformación para el estado, el cual cada vez se encuentra más deteriorado y a merced de la delincuencia, además de funcionarios corruptos, muchos buenos para nada.
Ojalá que la bendición del Papa les traiga luz y no les pase como con los delincuentes, que se encomiendan al santo de su devoción para realizar sus fechorías, seguros que el karma o la mano del creador, no los alcanzará. Amén.