Al cumplirse 20 días de movimientos magisteriales, el Centro Histórico de la ciudad está sufriendo las consecuencias. No solo está lleno de basura y olores fétidos, los comercios establecidos y los restaurantes están vacíos, ante la falta de clientes que se atrevan a pasar en medio del plantón.
“Ya nos habíamos desacostumbrado, a todos los negocios del primer cuadro nos afecta porque son muchos factores, uno de ellos es la basura, hay basura por todos lados, el tema del agua, no hay manera de meter pipas, el gas que no puede entrar, es una crisis porque la gente no viene”, señaló el empresario Mario Rodríguez Casasnovas, propietario de uno de los restaurantes más concurridos en el Zócalo de la ciudad.
Sin hacer mención de a cuanto ascenderían las pérdidas diarias por la falta de comensales, señaló que cada comercio tiene quebrantos distintos de acuerdo al giro que realiza, pero que sin duda es una merma que difícilmente se solventa, sobre todo por los gastos diarios propios de su negocio que son ineludibles.
Dijo que los daños que ocasiona el magisterio al estado son totales, no solo para los comercios establecidos en el primer cuadro, sino para todos aquellos que tienen que ver con la prestación de servicios, porque es una “bola de nieve” que repercute en todos.
Sobre la posibilidad de tener que reducir personal por la falta de circulante para pagar sueldos, dijo que ese es otro problema al que se tienen que enfrentar, porque no es fácil encontrar personal y los que tienen no los pueden despedir, porque también a ellos les ha costado capacitarlos para que brinden un buen servicio y no le conviene a nadie mandarlos a descansar a su casa.
“Se deben poner de acuerdo, yo no creo que la ciudadanía tenga que pagar, y con los maestros siempre es lo mismo, pagan justos por pecadores y la imagen que tenemos ante el mundo por todo esto no es buena. Deben solventar sus temas, pero sin afectar a los demás”, concluyó.
Vía Carolina Espina