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    La Columna

    La obsesión de Salomón Jara por los Murat

    Dice el dicho que “chango viejo no aprende maroma nueva” y por más que el gobernador Salomón Jara Cruz, pretenda concentrarse en lo que ahora le incumbe, nomás no puede porque su obsesión por los Murat es mucha, los tiene en el pensamiento y no puede evitar compararse con ellos, aunque realmente no hay punto de comparación, lo superan y por mucho.

    Y es que no hay platica, comentario o conferencia de prensa donde no los saque a colación, siempre tiene algo qué mencionar sobre ellos, cree que a su llegada encontró el hilo negro para administrar y que su incipiente gobierno le ha dado a Oaxaca lo que “nadien” le había dado, aunque en un año no haya logrado nada.

    Ni él ni ninguno de sus funcionarios tienen hasta el momento un logro real, al contrario, todo ha sido pura palabrería, las dependencias están de cabeza y lo único que han generado son problemas, empezando por el titular de la Secretaría de Gobierno, Jesús Romero, que como dijera Magda Pazos Ortiz, “ya se siente la última coca cola del desierto”.

    A pesar de que repite que su gobierno es de territorio y de su fallida campaña de ‘hablamos no bloqueamos’, los resultados son nulos y lo único que ha hecho es enemistarse con los pueblos que ya lo tildan de mentiroso y arribista, igual que a sus primos Pável López y Tania López, quien por cierto regresó a la UTVCO, con la cabeza en la tierra.

    Hablando de funcionarios ridículos, la que no se cansa de hacerlo es la titular de la Secretaría de Turismo, Saymi Pineda, quien ya tomó la función pública a relajo y se preocupa más por sus outfits de ocasión, que por los problemas reales de la Secretaría, como la de los trabajadores que siguen esperando respuestas a sus demandas de mejores condiciones laborales, mientras ella  pierde horas para que la peinen y la maquillen como si fuera la estrella de los eventos de Gobierno, pero “aunque la changa se vista de seda…”.

    Otra igual es la directora del CECyTEO, Blanca Luz Martínez, quien dicen ahora tiene “gustos caros” y los presume sin empacho, sobre todo en zapatos de marca (dicen que las presunciones son carencias internas), porque ahora ya puede pagarlos con su jugoso sueldo.

    Sin embargo, lamentablemente el sueldo no es acorde a su desempeño porque nomás no da una y las quejas están a punto de reventarle, no es lo mismo ser oficinista que directora y los trabajadores ya están cansados de que se la pase paseando con gastos a cargo de la institución, y si la corren, adiós zapatitos caros.

    Dicen que no está bien ser “candil de la calle y oscuridad de tu casa”, pues resulta que para “solidarizarse” con el pueblo de Guerrero ante el azote del huracán Otis, el gobierno jarista envió caravanas de salud para atender a la población, pero decenas de comunidades en Oaxaca están igual o peor y los servicios de salud ahí no llegan.

    Los números por el incremento de casos de dengues están a la alza y está bien ser solidarios, pero primero “hay que tener la casa limpia para después prestar la escoba”, porque si la titular Alma Lilia Velasco, sigue queriendo quedar bien con el “señor Gobernador” como le dicen todos, se le saldrá de las manos el tema y no habrá forma de seguir ayudando.  

    Es realmente triste ver como la “primavera oaxaqueña” es una copia burda del Gobierno Federal. Salomón Jara repite exactamente las mismas palabras que López Obrador en sus discursos, pero lo peor es que hace las mismas cosas, como recientemente al inaugurar las rutas del Citybus, al que llevó chamanas ¡para que les hicieran una limpia a los autobuses!

    Por Dios! Era más fácil que les diera un curso de capacitación a los choferes para que no sucediera ningún accidente o se tratara de manera correcta a los usuarios, en lugar de andar haciendo numeritos para tratar de hacerse el gracioso, pero como dice la paisanada “no tiene la culpa el indio, sino el que lo hace compadre”.

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