Redacción
Tras el cierre del Centro de Movilidad Migratoria (CMM), realizado desde el pasado 27 de octubre, ante la presión ejercida por vecinos de San Sebastián Tutla, nuevamente las calles de la capital oaxaqueña están inundadas por cientos de migrantes en tránsito que buscan alcanzar el llamado sueño americano, sin que el Gobierno del Estado tenga un plan de control para ello.
El Jardín Madero, División Oriente, Periférico, instalaciones del ADO, entre otras calles, ya han sido ocupadas nuevamente por migrantes de origen venezolano y haití, principalmente, quienes están a la espera de poder seguir su camino hacia la Ciudad de México.
El titular de la Secretaría de Gobierno (Sego), Jesús Romero López, habría señalado que el CMM sólo sería cerrado algunos días ante las festividades por el Día de Muertos y que el 4 de noviembre sería reabierto, sin embargo, aún siguen sin poder reactivarlo, aunque tengan en puerta la llegada de una nueva ola de migrantes provenientes del Istmo de Tehuantepec.
Según reportes de autoridades migratorias, en Juchitán de Zaragoza están estacionados al menos 10 mil migrantes, distribuidos en cinco municipios, Tapanatepec, Zanatepec, Niltepec, Ingenio y Juchitán, quienes buscan avanzar en su objetivo de llegar al vecino país.
Rebasados por la llegada de cientos de migrantes, el Gobierno del Estado no cuenta con alguna estrategia para poder auxiliar a quienes están de paso por Oaxaca. “Aunque se ven muchos, no es la misma cantidad de antes, porque la mayoría se queda en el Istmo”, dijo Romero López en la conferencia mañanera de este lunes.
Y es que, además de haitianos y venezolanos, autoridades han identificado a personas originarias de Nicaragua, Venezuela y Cuba, quienes cuentan con permisos para abordar los autobuses que salen del CMM de Juchitán, hacia la Ciudad de México y que cuentan con una estancia regular.
A ellos se suman africanos, ecuatorianos, salvadoreños, hondureños, peruanos y colombianos que no cuentan con autorización de abordar dichos autobuses, pero que según las propias autoridades retan unidades de forma irregular, por lo que pueden ser detenidos en alguno de los 46 puntos de “rescate” instalados por el Instituto Nacional de Migración (INM) en el territorio oaxaqueño.