Colaboración de Neuróticos Anónimos
La depresión es una enfermedad común pero grave que interfiere con la vida diaria, con la capacidad para trabajar, dormir, estudiar, comer y disfrutar de la vida. La depresión es causada por una combinación de factores genéticos, biológicos, ambientales y psicológicos.
Algunos tipos de depresión tienden a darse en familias. Sin embargo, la depresión también puede ocurrir en personas sin antecedentes familiares. No todas las personas con enfermedades depresivas experimentan los mismos síntomas. La gravedad, frecuencia y duración de los síntomas varían dependiendo de la persona y su enfermedad en particular.
Testimonio de depresión
Conocí el grupo después de una discusión que tuve con mi pareja cuando íbamos en el autobús, entonces me bajé y “casualmente” ahí estaba el grupo, me puse a llorar mucho, y cuando terminé, me tranquilicé y por curiosidad entré. La compañera que me recibió me escuchó y me sentí muy bien. Y me dieron ganas de volver al día siguiente.
Recuerdo que, desde pequeña en la escuela secundaria, había momentos que me quedaba dormida en clases, trataba de despertar, pero era muy difícil abrir los ojos, me daba mucha vergüenza con mis compañeros y con los maestros. Observaba que los demás estaban despiertos, contentos, pero yo me sentía muy triste.
No me gustaba estar lejos de mi pueblo, de mis hermanos, y de mis padres; no me gustaba vivir con otras personas, sentía que no les importaba, por eso me sentía sola, triste y abandonada. A veces llegaba muy mal a la casa de las personas con quienes vivía, sentía mi cabeza adolorida y pesada, muy débil, sin fuerza, cuando llegaba a mi cuarto me tumbaba en la cama y dormía profundamente.
Todo el tiempo renegaba de la forma en que vivía, sentía que no valía nada, que estaba fea, quería tener un novio, pero pensaba que no me iban a hacer caso, que mi forma de ser era ridícula.
Cuando terminé la secundaria regresé a Oaxaca, pensé que era muy fácil conseguir un novio, que el primero que conociera sería mi pareja y me iba a casar con él. Entonces conocí a la persona con quien viví varios años.
Pronto me junté con él, en ese tiempo sentía un cansancio muy grande, me tiraba a dormir todo el día y mi pareja se ponía triste por eso; yo renegaba de él, sentía que no me gustaba, me arrepentí de haberme juntado.
Lloraba mucho, me dolía la cabeza, ya no funcionaba en mi trabajo, ya no comía, mis jefes me pedían que renunciara. Después de haber acudido con médicos, psicólogos, espiritistas, sin poder sentirme bien, llegué al Movimiento Buena Voluntad 24 Horas de Neuróticos Anónimos.
En la agrupación empecé a comentar como me sentía y me escucharon, poco a poco empecé a sentirme bien, a comer mejor, volví a trabajar, a estar bien con mi familia, cuidar a mis hijos, todo esto gracias a la terapia. Ahora me siento mucho mejor de salud, ya duermo normalmente y trabajo de manera responsable. Mi vida ha cambiado.
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