Redacción
Pese a que cada semana señala que los problemas en el estado están atendidos, la realidad le azota en la cara al titular de la Secretaría de Gobierno (Sego), Jesús Romero López, a quien los asuntos de atención a comunidades lo tienen totalmente rebasado. No puede con el paquete.
Este lunes, al menos en dos protestas de las más de cinco que se dieron, exigieron que diera la cara, ante el hartazgo de las mentiras que él y sus colaboradores dicen para zafarse de los problemas. Su discurso de “hablamos no bloqueamos”, se queda en eso, en una arenga inservible.
“No mames Jesús, no me vengas ahora con que te sientes sublime, ahora resulta que al señor se le olvidó su procedencia, porque era vándalo, quemaba coches, asaltaba, se robaba las mochilas de sus compañeros, hizo cosas terribles y dicen que ahora es el Secretario de Gobierno, no lo puedo creer”, dijo Magda Pazos Ortiz.
En un mitin que realizaron integrantes del MULT en el Zócalo, para exigir el esclarecimiento de Heriberto Pazos Ortiz, a 13 años de su asesinato, su hermana hizo hincapié en las mentiras del titular de la Sego. “Trece años hemos exigido justicia, luchando por lo menos para saber quien jijos de la guayaba lo mató.
“Yo pensé que iba a ver a algún representante del gobierno, por primera vez no lo veo, creo que nos tiene más miedo, dicen que hay un Secretario de Gobierno, no lo conozco, lo conozco de oídas, dicen que es un barbón, chaparro, que no saluda a nadie, pero debería tener los suficientes pantalones para venirse a parar frente a mí, diciéndome qué ha resuelto del caso de mi hermano Heriberto, pero es un cobarde, un mentiroso”.
Por su parte, integrantes de diversos comités de defensa de la Cuarta Transformación, de comunidades ubicadas en el Istmo de Tehuantepec, también exigieron la presencia de Romero López, ante las reiteradas mentiras para no atender sus demandas.
Frente a Palacio de Gobierno, luego de dar a conocer su denuncia, un hombre y dos mujeres se “colgaron” de la puerta principal de Palacio de Gobierno. Una de ellas no resistió y cayó, por lo que tuvo que ser atendida por paramédicos.
El hombre permaneció amarrado, mientras inexpertos representantes de la Sego, buscaban por todas formas convencerlo de que bajara y se le daría atención. Visiblemente molesto, señaló que estaban cansados de las mentiras y que no se irían hasta que fuera el mismo Romero López a dar la cara finalmente.